La iniciativa “Luz Verde”, impulsada por Onda Cero y WWF surgió con el objetivo de dar a conocer iniciativas en favor del medioambiente y la lucha contra el cambio climático. Todo un compromiso por el ecosistema y la biodiversidad. Y entre la primera edición de los premios que se entregaron hace unos días hay un proyecto que, en cierta medida, Aragón está presente.
En la categoría “Agua”, se reconoció la estrategia Ebro Resilience, “ex aequo” con la “Red de Vigilantes Marinos”. Una apuesta por la gestión del riesgo de inundaciones a través de soluciones basadas en la naturaleza, consiguiente más seguridad y equilibrio ecológico. Aspectos que ha destacado Luis Estaún, director del Instituto Aragonés del Agua, quien explica que este proyecto surgió ante la necesidad de adaptación a las riadas que se sucedieron en el tramo medio del Ebro, sobre todo en 2015, 2018 y 2021 provocando cuantiosos daños.
El director del Instituto Aragonés del Agua recuerda que en los últimos años se han producido daños materiales que han supuesto casi 50 millones de euros de gasto en reposición de infraestructuras que con este proyecto se trata de evitar con medidas destinadas a la prevención y a la adaptación de la vida y actividad humana en torno al río
Para ello, se trata de renaturalizar el río. Luis Estaún explica que el tramo medio del río Ebro, con una longitud de 230 kilómetros, se divide en 16 tramos sobre los que se realizan estudios y se analiza la topografía desde diferentes puntos de vista. Con los datos, se van realizando modelos virtuales para ver cómo pueden afectar avenidas a 10, 20 o 50 años con el sucesivo cambio de caudal y de esta manera, poder comprobar cómo puede afectar a las motas, canalizaciones, tuberías de riego, caminos o puentes y cómo afecta a la dinámica fluvial.
Este proyecto surgió a iniciativa de la Confederación Hidrográfica del Ebro, pero se ha contado con la complicidad y apoyo de los gobiernos autonómicos de Aragón, Navarra y La Rioja, además de las entidades locales, poblaciones ribereñas y los propios afectados, agricultores, ganaderos y vecinos que tienen sus viviendas cercas del cauce del rio Ebro.