ORIENTE MEDIO

El polvorín de Oriente Medio: quién sale reforzado del conflicto entre Irán e Israel

Esta guerra ha supuesto un balón de oxígeno para Netanyahu; la reafirmación de Donald Trump y ha regado de dudas al régimen de los ayatolás.

Carlos Martín

Madrid |

Los líderes de Irán, EEUU e Israel
La eterna escalada de Oriente Medio: quién sale reforzado del conflicto entre Irán e Israel | Onda Cero

La pasada semana concluyó con un bombardeo de Estados Unidos a instalaciones nucleares iraníes que hicieron temer por el inicio de una posible Tercera Guerra Mundial. No obstante, tras dicho ataque, Irán contestó con un tibio lanzamiento de proyectiles contra las bases de Irak y Qatar de EEUU, previo aviso de autoridades de la república islámica. El día 25 de junio, Irán e Israel firmaban un débil alto al fuego, pero que hasta ahora se ha mantenido.

Con todo, cabe analizar el papel que han jugado las distintas potencias en este nuevo conflicto que ha deparado el polvorín de Oriente Medio, revisar el estado de las alianzas y tratar de averiguar qué deparará el futuro de la región.

Israel retrasa el programa nuclear de Irán y descabeza la Guardia Revolucionaria

La destrucción de las instalaciones de Fordó, Natanz e Isfahán han logrado retrasar el programa nuclear iraní. No solo por la destrucción de las bases, sino por el asesinato de sus científicos más brillantes. La reconstrucción de las bases llevará tiempo, pero más va a tardar Irán en encontrar a estudiosos capaces de retomar la hoja de ruta y que estén dispuestos a poner sus vidas en juego.

Además, Israel ha logrado golpear, de nuevo, el corazón de Irán. El pasado mes de julio, Israel acababa con la vida de Ismail Haniya, líder de Hamás, con un explosivo alojado en su residencia de Teherán. En esta ocasión ha logrado descabezar a la Guardia Revolucionaria -élite militar iraní- gracias a una red de colaboradores y de agentes infiltrados del Mosad, que, otra vez, ha mostrado su superioridad en cuestiones de inteligencia. Pero, si 'la otra guerra' ha sido dura, la real ha sido todavía peor, puesto que Israel ha logrado acabar con las instalaciones militares de la aviación de la república islámica, así como con sus fábricas de drones y ha logrado burlar el escudo antimisiles.

Por otra parte, Israel sale reforzado del conflicto en cuanto a relaciones internacionales se refiere. Si bien su papel como potencia había sido muy cuestionado por el resultado de su ofensiva en Gaza, después del conflicto con Irán, vuelve a consolidarse y lo que es más importante para el Estado judío refrenda su imagen ante países suníes como Egipto, Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos y Jordania. Quienes se encargan de hacer bueno el dicho de "El enemigo de mi enemigo es mi amigo" y pese a que no han participado de forma activa, sí que han colaborado en el suministro de información y desvío de misiles de manera indirecta.

El punto negativo ha sido su escudo antimisiles, que tras más de dos años de conflicto diario con Hamás en Gaza e Hizbulá en Líbano, ha comenzado a dar muestras de debilidad cuando se ha ido quedando sin municiones. Y es algo que tendrá que revisar el ejército de Netanyahu, que ha ganado aire tras meses de crisis por los rehenes y el bloqueo político.

Irán, humillación y dudas

Durante años han basado su estrategia política y militar en alimentar los conflictos que rodean a Israel para tratar de debilitarle, pero sin entrar en guerra, es por ello que ha armado a Hamás e Hizbulá. Sin embargo, cuando de verdad se ha desatado una guerra con Israel, no le ha hecho falta ocupar ningún territorio. Simplemente, ha hecho uso de inteligencia militar para asestar un durísimo golpe a la cúpula militar, científica y social iraní.

A su vez, su red de aliados ha demostrado que no es tan fuerte como presumía. Hamás está prácticamente acabado y con Israel en su territorio no puede ayudar; Hizbulá está descabezada; las milicias iraquíes no han sido una amenaza y las hutíes no tienen suficiente capacidad como para hacer frente al Estado judío. Por otra parte, Rusia, pese a que de cara a la galería ha lucido siempre su apoyo a la causa de la república islámica, no ha intervenido. Y China, como casi siempre, ha mantenido la distancia con el conflicto.

De igual forma, su poder bélico se ha visto comprometido después de que su gran enemigo haya dominado el cielo y haya podido contrarrestar el poder de los drones y misiles balísticos. Para colmo, su escudo antimisiles no es tan efectivo como el de Israel, por tanto, la sangría ha sido aún mayor.

Pero la baja más sensible del bando iraní ha sido el descabezamiento de la Guardia Revolucionaria, el supuesto cuerpo de élite del ejército de Irán que siempre se había vanagloriado de ser incorruptible e impenetrable. Sin embargo, la red de colaboradores y agentes sobre el terreno del Mosad ha logrado acabar con las vidas de Hossein Salami, comandante del Cuerpo de la Guardia Revolucionaria Islámica (CGRI); Mohammad Bagheri, jefe del Estado Mayor y su número dos, Gholamali Rashid.

No obstante, si el daño al poder militar ha sido alto, el que Israel le ha producido al programa nuclear iraní es aún mayor. Con la destrucción de las instalaciones de Fordó, Natanz e Isfahán, Irán ha perdido la posibilidad de desarrollar la bomba atómica con la que tanto ha soñado. Además, pasarán años y se gastarán millones hasta que el país chií vuelva a estar en disposición de construirla.

Por último, la sociedad del país islámico se ha llenado de dudas. Después de años de protestas que buscan el avance en cuanto a libertades se refiere, esta derrota militar hace pensar a muchos que el régimen de los ayatolás ya no es tan fuerte como en el pasado. Esta situación, unida a los mensajes que ha estado lanzando en los últimos tiempos Reza Pahlavi, el príncipe heredero del sah de Persia, hacen soñar a parte del pueblo con la vuelta a la democracia real y el acercamiento a Occidente.

Estados Unidos, juez y verdugo

Una vez más, Estados Unidos ha reivindicado su papel como árbitro internacional. Si bien su imagen en Oriente Medio se había visto comprometida por no lograr la paz en Gaza, en cuanto su mayor aliado en la región le ha necesitado ha respondido sin titubeos y ha logrado alcanzar uno de sus mayores objetivos desde que acabasen las guerras de Irak y Afganistán: acabar con el programa nuclear de Irán.

Por otra parte, sus alianzas con los países suníes, rubricadas en los Acuerdos de Abraham, se han visto reforzadas, al igual que su control de las rutas marítimas, pese a las amenazas iraníes de cortar el Estrecho de Ormuz.

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