Un tono muy duro

Las conversaciones entre Sánchez y Ábalos que desvelan su conflicto con los barones del PSOE

El Diario El Mundo ha publicado en exclusiva varias conversaciones de WhatsApp entre el presidente del Gobierno y el que fuera ministro de Fomento, en ellas se aprecia el método usado para aplacar las críticas internas.

🔉Otro medio millón de euros de Ábalos sin justificar

👉Los tensos reproches del juez Peinado a Bolaños en su declaración por el caso Begoña Gómez

ondacero.es

Madrid |

Pedro Sánchez junto a Jose Luis Ábalos
Pedro Sánchez junto a Jose Luis Ábalos | Europa Press

Aunque cuando se comenzó a destapar el caso de corrupción que envuelve a Jose Luis Ábalos este ya se encontraba fuera de los círculos de decisión del Gobierno, durante un tiempo jugó un papel fundamental no solo en el Ejecutivo como ministro de Fomento, sino también dentro del grupo de confianza más cercano a Pedro Sánchez. Así lo demuestra una serie de mensajes de Whatasapp entre el presidente del Gobierno y su entonces mano derecha, José Luis Ábalos queel diario El Mundo ha revelado. Esta conversación, que corresponde a los años 2020 y 2021, encontrada en memorias USB incautadas en el marco del caso Koldo, deja al descubierto una estrategia de control interno dentro del PSOE de cara los barones más disonantes.

Los mensajes revelan la estrecha relación entre Sánchez y Ábalos y la intención del presidente por silenciar las voces críticas dentro de su propio partido, especialmente entre los varones territoriales. La prioridad era evitar cualquier disenso público que pudiera debilitar su liderazgo o cuestionar decisiones clave como los indultos a los líderes del procés o los acuerdos con EH Bildu.

Un tono muy duro

Sánchez utiliza un tono duro, incluso despectivo, al referirse a figuras de peso del partido. “Que Page deje de tocar los cojones”, “Llamad al petardo de Lambán”, “Lamentable Vara”, o “Felipe es pura amargura” son algunas de las expresiones utilizadas por el presidente, según recoge el diario. El objetivo era claro: alinear al partido con su estrategia sin fisuras.

El momento más tenso se vivió en noviembre de 2020, cuando el Gobierno selló un pacto con Bildu para aprobar los Presupuestos Generales del Estado. La reacción crítica de Fernández Vara en redes sociales fue respondida de inmediato por Sánchez con una orden: “Llámalo y dile que es impresentable”. Cuando Vara ofreció su dimisión en un mensaje privado, Sánchez respondió con frialdad: “Ombligo. Ya le respondí”.

Durante esos meses, Ábalos recibió instrucciones constantes para ejercer presión sobre los presidentes autonómicos más díscolos, incluyendo también a Ximo Puig y a la entonces líder andaluza, Susana Díaz. El objetivo: aislar las críticas, reforzar la unidad de mensaje y reestructurar el poder territorial para consolidar el modelo “sanchista”.

La mayoría de los barones díscoles ya no ostentán puestos de dirección

El resultado de esta operación de control interno se percibe hoy: Lambán, Vara, Puig y Díaz ya no lideran sus federaciones; varios han sido relevados por perfiles más próximos a Ferraz o por ministros impuestos desde Madrid. Solo García-Page conserva el poder autonómico y mantiene su independencia política, pese a la presión continua que también reflejan los mensajes.

OSZAR »