Mira lo que ha pasado en las elecciones rumanas. Las ha ganado el candidato de 38 años extremista, ultranacionalista y euroescéptico George Simion, apadrinado por el candidato igualmente extremista y ultranacionalista cuya candidatura fue suspendida en noviembre por una posible injerencia rusa. En mayo será la segunda vuelta.
Hace cinco meses, el Tribunal Constitucional rumano prohibió al candidato extremista Calin Georgescu volver a presentarse ante las sospechas de que Putin había aupado a este candidato prorruso que surgió de la nada y empezó a arrasar con sus videos en TikTok.
El domingo, en la repetición electoral rumana, el ganador de la primera vuelta ha sido un antieuropeísta que luce con orgullo gorras rojas como las del presidente de EEUU y está contra la ayuda a Ucrania. De hecho, tiene prohibida la entrada a Ucrania y a Moldavia porque ambos países lo consideran un riesgo para la seguridad nacional. Durante la pandemia, avivó las conspiraciones sobre vacunas en redes sociales. Era un agitador marginal, pero la descalificación del otro candidato de extrema derecha en noviembre disparó su popularidad. A nadie ha favorecido tanto la prohibición al candidato prorruso como a él.
Conviene recordarlo ahora que en Alemania, la Oficina Federal para la Protección de la Constitución ha declarado que Alternativa para Alemania (AfD) es una formación extremista. El informe determina que este partido desprecia sectores enteros de población alemana por razones étnicas, es decir, es racista y viola el principio constitucional de la igualdad. Pero la AfD es ya el primer partido de la oposición en Alemania, y, aunque los servicios secretos alemanes no duden ya de su extremismo, prohibirlo podría aumentar su atractivo. El nuevo canciller Merz, tendrá que decidir si prohíbe o no a la AfD.
Entre tanto, otras elecciones fuera de Europa marcan una tendencia diferente. Estos días han ido a las urnas Australia y Canadá. En ambos países, los partidos de centroizquierda estaban perdiendo apoyo y, la llegada de Trump a la Casa Blanca y sus aranceles han impulsado precisamente a los partidos más claramente anti-Trump.
¿Moraleja?
Lo que hace en Estados Unidos su presidente, no deja al resto del mundo indiferente.