EN LA BRÚJULA

La Tertulia: reprimenda de Israel, apagón y rescate a Air Europa

Maite Rico, David Jiménez Torres, José Manuel González y José Ignacio Wert repasan junto a Rafa Latorre la actualidad política de la jornada.

ondacero.es

Madrid |

La situación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, atraviesa un momento crítico tanto en el plano interno como en el internacional. En las últimas horas, la tensión diplomática con Israel ha escalado de forma notable, mientras que nuevas revelaciones sobre el caso Air Europa salpican de lleno a la cúpula del Ejecutivo.

Israel ha convocado a la embajadora española en Tel Aviv para una reprimenda formal tras las declaraciones de Sánchez en el Congreso, donde calificó al Estado hebreo de "genocida". Las palabras del presidente han sido interpretadas como una acusación de extrema gravedad, en un contexto ya muy deteriorado por su insistente apuesta por el reconocimiento unilateral del Estado palestino. Cabe recordar que la embajadora israelí en Madrid fue llamada a consultas hace semanas y aún no ha regresado a su puesto.

Pero la tormenta no termina ahí. En el frente doméstico, las publicaciones del diario El Mundo sobre los mensajes privados entre José Luis Ábalos y Pedro Sánchez han abierto un nuevo capítulo en el escándalo del rescate de Air Europa. Las filtraciones revelan el presunto interés directo del presidente en facilitar un proceso que, según los informes, se acelerará cinco veces más rápido que otros expedientes similares manejados por la SEPI ( Sociedad Estatal de Participaciones Industriales).sobre los mensajes privados entre José Luis Ábalos y Pedro Sánchez han abierto un nuevo capítulo en el escándalo del rescate de Air Europa. Las filtraciones revelan el presunto interés directo del presidente en facilitar un proceso que, según los informes, se acelerará cinco veces más rápido que otros expedientes similares manejados por la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales).

Estos mensajes también vinculan al entorno del presidente con figuras como Víctor de Aldama —investigado por liderar una supuesta trama corrupta— y evidencian una coordinación informal con ejecutivos de la compañía aérea y con personas cercanas al poder, incluida Begoña Gómez, esposa del presidente. La participación del propio Sánchez, según los mensajes, inclusión de indicaciones estratégicas y un argumento político que finalmente fue adoptado por la SEPI.

En paralelo, el exministro José Luis Ábalos —antiguo escudero del presidente— ha autorizado públicamente la difusión de los mensajes filtrados, asegurando que demuestran la falsedad de la narrativa oficial sobre su salida del Gobierno. El tono pasivo-agresivo de su comunicado ha generado inquietud dentro del PSOE. Ábalos, custodio de muchos secretos del sanchismo, parece estar dispuesto a defenderse, incluso si eso significa comprometer la estabilidad del Ejecutivo.

En el Congreso, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha exigido explicaciones inmediatas y ha intensificado su ofensiva política contra Sánchez: "Algo de bochorno le va a ahorrar a los españoles si convoca elecciones", sentenció durante la sesión de control. El presidente, por su parte, ha esquivado las acusaciones aludiendo a un nuevo congreso del PP y minimizando las revelaciones como parte de una "estrategia de casquería mediática".

A todo ello se suma la falta de explicaciones por parte del Gobierno respecto al gran apagón eléctrico de hace apenas dos semanas, que dejó a buena parte del país sin suministro durante horas. Aunque en un principio se sugiere la hipótesis de un ciberataque, esta fue desmentida por Red Eléctrica de España y recientemente descartada por la vicepresidenta Teresa Ribera en la sede parlamentaria. A día de hoy, sigue sin esclarecerse el origen del fallo y, sobre todo, quién asumirá las millonarias indemnizaciones.

La combinación de frentes abiertos —rescate de empresas, escándalos familiares, colapso energético y crisis diplomáticas— dibuja un escenario de desgaste extremo para un Gobierno cercado por sus propias decisiones. La oposición se encuentra cada día nueva munición, mientras el entorno presidencial empieza a mostrar fisuras visibles. La pregunta ya no es si estallará la crisis, sino cuándo y con qué consecuencias.

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