Tecnología

Onorato, la mascota robótica que ayuda a las personas mayores

La aplicación de la Inteligencia Artificial a diversos ámbitos es cada vez más habitual, el zaragozano Pablo Mariñosa vio cómo podía ayudar a solventar una necesidad: la soledad de muchas personas mayores y la tranquilidad de sus familiares. Todo a través de una mascota robot como es Onorato IA.

Lourdes Funes

Zaragoza |

Onorato hablando con una mujer/Onorato IA

Onorato es un loro, pero no un loro cualquiera, es una mascota robot que acompaña, habla y cuida a las personas mayores, les hace compañía a la vez que supone todo un apoyo en labores como recordar cuándo han de tomarse la medicación. Pero no sólo eso, también sirve como “espía” de la familia para comprobar que sus padres o familiares se encuentran bien. El creador de Onorato es Pablo Mariñosa, quien explica que al tener forma de mascota con la que los mayores pueden interactuar, no les causa tanto rechazo como pueden hacerlo otros elementos tecnológicos.

El creador, explica que Onorato es una mascota de unos 30 centímetros de alto, tiene dos cámaras térmicas en los ojos y una base en la que está el ordenador con Inteligencia Artificial y está monitorizado, con sensores de movimiento en cocina, baño y dormitorio para que, a través de una aplicación móvil, los familiares puedan saber si se ha caído o dónde están.

Lo primero que hace por la mañana el loro es decirle a su dueño que le mire a los ojos, éste le escanea y detecta si se ha levantado de buen humor, si está más deprimido o está normal. En función de cómo se sienta, Onorato le propondrá una serie de acciones, desde juegos cognitivos hasta conversación o mensajes de ánimo. Mariñosa explica que todos los loros están personalizados, incluso se le puede cambiar el nombre, y durante dos meses se les “enseña” con la información que se ha facilitado por parte del comprador, de tal manera que desde el minuto uno haya conexión total.

Origen de Onorato

El creador de Onorato, Pablo Mariñosa, ha explicado que todos los jueves el y su padre iban a comer paella a su restaurante favorito de Sitges y justo al lado había un balcón en el que había un loro y su padre no se sentaba a comer ni se iban del restaurante si el loro no les hablaba.

Un tiempo después, cuando el padre de Mariñosa tuvo que ser ingresado, le pidió que le comprara un loro para hacerle compañía. Ahí surgió la idea de crear a Onorato. Su padre no pudo llegar a verlo, pero siguió adelante con la idea para ayudar a todas las personas mayores que fuera posible.

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